LA RENGA – sábado 16 de abril 2011 – Parque Industrial, ZANON bajo control obrero, NEUQUEN.
ceramico -souvenir del show |
Llegó una de las fechas más esperadas por Los Mismos de Siempre en la gira de presentación de “Algún Rayo”, décimo y último disco de La Renga sin contar los dobles ni el EP “Documento Único”. Sin dudas, tenía ciertas características que acrecentaban las expectativas para esa noche: un recital con miles de espectadores en el playón de una fábrica recuperada, sin policías y bajo el lema de “la seguridad la hacemos entre todos “al igual que en 2005 y 2008 cuando la banda brindó su apoyo a los trabajadores en el reclamo por la expropiación, lograda hace 2 años tras 8 de lucha. La postergación del show que había sido proyectado para el 19 de marzo, a causa del duelo por las muertes de David Rampulla (trabajador ceramista) y Leopoldo Denaday (abogado de la gestión obrera de Zanón), hizo que aumentara aun más la ansiedad del público rengo. El banquete en la Fa.Sin.Pat (Fábrica Sin Patrones) se hizo esperar hasta el próximo mes, luego de las presentaciones en Talcahuano (Chile) y Villa Carlos Paz.
El viernes por la tarde rengueros de todas partes se preparaban para emprender viaje una vez más, unidos entre deseos de “buena ruta” y “que el Gauchito Gil nos acompañe”. Los micros atravesaron la pampa argentina en la fría madrugada del sábado hasta llegar a la provincia patagónica ubicada a más de 1100 km de la Capital Federal, colmando los campings de las inmediaciones de trapos rengos que ornamentaban el lugar para hacer la previa en un mediodía totalmente despejado.
A medida que caía el Sol, el playón de la fábrica recibía al fervoroso público que, una vez atravesado el cacheo y cortada la entrada, ingresaba con los usuales cánticos y compraba los tickets para poder retirar a la salida un original recuerdo de la fecha: un cerámico de Zanón con el diseño de la gira en el que también se leía la frase “El ROCK es COMPROMISO”.
Las nubes (y algunas gotas de lluvia) amenazaban con complicar la jornada; sin embargo en pocos minutos la Luna llena y las estrellas coparon el cielo de la fresca noche neuquina.
Antes de dar comienzo al show, unas palabras pronunciadas en el micrófono por uno de los trabajadores concientizaban a los espectadores sobre la historia, la lucha y las distintas formas de violencia a las que son sometidos los habitantes de Neuquén, destacando las deficiencias en aspectos tan fundamentales como la salud y la educación. “Aquí están, estos son, los obreros de Zanón!” se vociferó tanto arriba como abajo del escenario acompañado de aplausos.
Alrededor de las 21:20, el rubio Gustavo “Chizzo” Nápoli (voz y guitarra) y los hermanos Gabriel “Tete” y Jorge “Tanque” Iglesias (bajo y batería respectivamente), daban inicio al sexto recital del año con “Canibalismo galáctico”, respetando hasta el décimo tema la lista de la semana anterior en la ciudad cordobesa, junto con Manu Varela en el saxo y con Nacho Smilari como músico invitado en la guitarra de “Poder”.
Resulta destacable que la banda haya dejado de pedirle al público que no encienda bengalas como lo hacía en todos sus recitales post-Cromañón, tal vez por falta de respuesta del mismo; por lo demás puede decirse que fue un espectáculo cómodo y seguro para todos, ya que el sonido y la organización fueron óptimos.
La sorpresa esta vez fue “Estado” y de las canciones más viejas de la banda sólo estuvo presente “Blues cardíaco”. A pesar de estar presentando el nuevo cd, “Lunáticos” y “Desoriente blues” fueron obviados del repertorio compuesto por 26 temas, dando lugar a clásicos como “En el baldío”, “El viento que todo empuja”, “Panic show”, “La razón que te demora”, “Oscuro diamante” y “El final es en donde partí”. Como siempre, la fiesta terminó con “Hablando de la libertad”, pero en esta ocasión sin las pantallas gigantes en las que habitualmente se proyecta el video grabado durante ese mismo día con Los Mismos de Siempre entrando al banquete.
Minutos después de la medianoche, los motores se encendían nuevamente para iniciar el retorno a los hogares con frío, cansancio, hambre y sed... pero felices de haber palpitado la furia de la bestia rock.
Una fábrica sin patrones.
Un recital sin policías.
Ningún disturbio.
SE PUEDE.
esta cronica fue escrita por nuria (La Gorriona)